Hoy os hablamos del juego, que la Navidad se va acercando y
vemos a los Reyes Magos dudando de qué juguetes son los más adecuados para cada
niño.
Los niños y las niñas pasan la mayor parte de su tiempo
jugando, aprendiendo, demostrando y
afirmando su personalidad. El juego les produce una sensación placentera,
aportándoles la motivación necesaria para no cansarse y poder asimilar una gran
variedad de aprendizajes. Los niños y las niñas investigan todo lo que hay a su
alrededor, conducta que no hay que impedir en ningún momento. El impulso por
explorar su entorno, sin descanso, se va autorregulando progresivamente.
Durante el juego se demuestran diferentes facetas como la
emotividad o expresión de emociones, la socialización y capacidad de
comunicación, el conocimiento y la capacidad de conocerse a sí mismo, a los
demás y la relación con el entorno.
Durante el primer año, se desarrolla la percepción hacia los
sonidos, la luz, el olfato y el tacto. El tacto será especialmente sensible en
la boca, las manos y en el resto del cuerpo. La figura de apego se convertirá
en su primer juguete (su voz, su cara, sus manos, sus brazos…). Su juego
preferido es el “cu-cú, tras”. Su segundo juguete será su propio cuerpo,
comenzando a independizarse de la mamá, se inicia su propia identidad. Al
principio le atraerá los juguetes blandos y flexibles (papeles, telas, peluches
suaves…) para poder agarrar y hacer que suenen. Le gustan los móviles de cuna, que
primero mirará y luego intentará alcanzar los juguetes que cuelgan. Después,
serán los juguetes duros los que llamen su atención: cogerlos, lanzarlos,
seguirlos con la mirada, buscarlos,…
Por ello, durante este primer año será una decisión
acertada todos los juguetes que estimulen los sentidos, con colores, texturas y
sonidos diferentes, como alfombras de actividades, sonajeros, móviles de cuna o
cuentos de tela; juguetes que estimulen el descubrimiento de su propio cuerpo,
como mordedores y muñecos de goma; los que estimulen la exploración de objetos,
como pelotas, cuentos de cartón, juguetes que pueda agarrar y explorar; y los
juguetes que estimulan la afectividad, como los peluches y muñequitos de trapo.
A modo de sugerencia os presentamos el “Cesto de los Tesoros”. Es un juego individual con objetos muy
variados, materiales naturales, muchos de uso casero que están guardados en un
gran cesto que se le presentan a los niños y niñas para que experimenten con
ellos, los manipulen y jueguen. Es una propuesta de juego de Elinor Goldschmied
para los más pequeños, cuando han adquirido la posibilidad de permanecer
sentados (a partir de los 6 o 7 meses). Los objetos del cesto favorecen el
conocimiento y la percepción sensorial, mediante los cinco sentidos. Los
materiales propuestos pueden ser de madera, goma, mimbre, piel, ante, cuero,
frutas, telas, cintas, metal, papel, cartón, piedras. El adulto acompañará al
niño durante el juego, pero será el propio niño el que explorará los materiales
alcanzando por sí mismo el aprendizaje.
Imagen: www.cestodelostesoros.com
Entre el primer y segundo año, el juego continúa en la etapa
sensoriomotriz, incorporando adquisiciones como puede ser una mayor autonomía gracias al
desplazamiento y el inicio de la adquisición del lenguaje. Les encanta
arrastrar sillas y juguetes con ruedas, llevar y traer objetos, el juego del
“no”, construir torres y tirarlas, meter cosas y poner tapas,… A los 18 meses
descubren el agua, salpicando, llenando recipientes de agua y vaciándolos.
Comienza a aparecer el juego simbólico, utilizando utensilios de las cocina y
jugando a hacer “comiditas”, siendo los muñecos y peluches los bebés a los que
cuidar. Poco a poco este juego va adquiriendo más matices y aparecen
comportamientos asociados a roles. Les
gusta también jugar con pelotas y globos, así como con instrumentos musicales.
Utilizan diferentes destrezas manipulativas por ello juegan con herramientas,
abren y cierran puertas, usan llaves, pasan páginas de cuentos. Atender a un
cuento es descubrir el placer de escuchar.
El juego que corresponde a esta etapa es el juego heurístico.
Este juego proporciona placer en los materiales y sus acciones, favorece la
concentración, desarrolla la coordinación ojo-mano, mejora la coordinación de
movimientos, aprende la relación causa-efecto, interiorizan diferentes
conceptos y mejora la percepción sensorial de objetos.
En esta edad, os recomendamos aquellos juguetes que les
inviten a recorrer el espacio como bicicletas con ruedas, cochecitos o motos;
además de cubos, puzles sencillos; aquellos que permitan relacionar hechos de
causa-efecto, golpear, lanzar, meter y sacar; juguetes que estimulen la imitación
y uso de lenguaje así como aquellos que desarrollen su habilidad manual y creativa,
como pinturas, pizarras y plastilina.
Entre los 2-3 años se inicia la etapa preoperacional con la
adquisición del lenguaje. El mayor grado de autonomía iniciará el juego
colectivo. Un buen juego es el escondite con el adulto, escuchar cuentos, juegos con palabras, los juguetes para construir y encajar, los
juegos manuales y creativos, los juegos simbólicos, los que imitan escenas familiares y profesionales:
muñecos, títeres, teléfonos, cocinitas, médicos, coches, etc. Les sigue
gustando los juegos en el exterior con arena y agua, utilizando cubos y palas,
así como triciclos y pelotas. El periodo preoperacional abarca hasta los 6-7 años de edad.
Entre los 6-9 años, aparece el juego reglado, comenzando a disfrutar de la compañía de los otros, reproduciendo sus relaciones interpersonales en sus juegos, se asignan papeles y se establecen normas y reglas. En esta etapa son frecuentes los juegos competitivos, donde unos ganan y otros pierden. Los adultos deben fomentar el juego, sin atribuir un alto valor a la victoria. Ellos deben enseñar a sus hijos que lo importante es disfrutar del juego y no quién gane, por ello no es bueno que gane siempre el niño.
Como podéis ver hay muchas ideas y opciones pero a veces no es necesario tener juguetes, ya que cualquier objeto les puede valer (un lápiz como avión, un trapo como capa, un palo como espada,…). Recordad que lo más importante es disfrutar del juego en compañia y que a menudo lo que más valoran los niños es jugar con sus papás y que todos los días haya tiempo para el juego, ya que cualquier actividad del día se puede convertir en un juego para ellos.
Para finalizar, os queremos recordar que el Centro de Atención Temprana de Aranjuez os puede asesorar sobre qué juguetes son los más adecuados para pedir en la carta de los Reyes Magos.
"El juego permite al adulto sacar al niño que lleva dentro"
Nos despedimos hasta el año que viene y os deseamos unas felices fiestas, que disfrutéis mucho de las vacaciones y os traigan muchos regalitos los Reyes Magos.