Hoy os vamos a hablar del uso del chupete. ¿Qué les proporciona a los niños? ¿Por qué es necesario? ¿Cuál es el momento de retirarlo? ¿Qué dificultades conlleva el uso prolongado del chupete?
Los bebés comienzan a utilizar el chupete porque les proporciona placer y seguridad. A partir del primer mes de vida, se puede introducir el chupete, ya que favorece el proceso de succión y calma al bebé. Durante el primer año y medio se puede usar el chupete, siempre de una forma prudente y moderada.
Los logopedas observamos que el uso del chupete se prolonga más tiempo del recomendado, dando lugar a unas consecuencias que afectan de forma negativa en el desarrollo del lenguaje expresivo y en el proceso de la deglución. A continuación, os enumeramos algunas de ellas:
- Los dientes centrales inferiores se desvían hacia dentro.
- Los dientes centrales superiores se separan y se desvían hacia afuera.
- Se deforma y se estrecha el paladar.
- Las arcadas dentarias, inferiores y superiores, se desajustan y pierden la alineación correcta, teniendo problemas para morder los alimentos de forma adecuada.
- Aparecen dificultades en el lenguaje para articular correctamente los sonidos.
¿Cuándo es el momento adecuado para empezar a retirarlo? Esta pregunta tarda en plantearse por los padres, ya que es difícil que ellos conozcan y sepan el alcancen de los consecuencias negativas que hemos mencionado anteriormente.
Nosotras recomendamos que a partir del año y medio se puede ir limitando el uso del chupete a momentos concretos de la rutina diaria, como puede ser durante el sueño. A partir de esa edad se da la explosión lingüística por lo que la retirada del chupete facilita que el niño utilice el lenguaje expresivo como medio de comunicación.
A los tres años debería haberse conseguido la retirada completa del chupete, para evitar la dependencia del niño hacia el mismo y que este uso se prolongue más allá del recomendado.
Una alternativa adecuada a la necesidad del niño de coger el chupete en momentos de irritabilidad o llanto puede ser compartir juegos y canciones, darle muestras afectivas como cosquillas, abrazos, beso, etc, con el fin de que esto le aporte la seguridad y placer que antes encontraba en el chupete.
Es importante que cuando se toma la decisión de retirar el chupete definitivamente, sea el niño partícipe de esta retirada. Por ejemplo: si se decide que el chupete se tirará a la basura, el niño de tres años deberá ser el encargado de tirarlo. Una vez que los papás y el niño han dejado el chupete, es importante que el niño no tenga acceso a ningún otro. Por ello, los padres se encargarán de tirar todos los chupetes de repuesto.
"Siempre es más fácil, de lo que al principio parece"
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